Endosimbiosis: disolviendo los límites del "yo".
Identidad, ecologías queer y memorias celulares.
Introducción
Hace unas semanas atrás, estaba revisando mis notas sobre embriología. En la formación de terapia craneosacral de la que formo parte como profesora y asistente, el estudio de la embriología es algo que vemos a lo largo de todos los seminarios. No porque nos interese particularmente volvernos expertos embriólog@s, sino para abrir espacios perceptivos e invitar a entrar en contacto con esas primeras fuerzas que se expresan en el embrión. La premisa es que los patrones de desarrollo originales del cuerpo continuan de alguna manera actuando en nosotros, informando nuestro cuerpo, el movimiento, la percepción y la relacion con los otros y con nosotros mismos (como lo dice hermosamente Bonnie Bainbridge Cohen, creadora del método Body-Mind Centering).
De cara a mis notas, me pregunté: si estas primeras fuerzas forjadoras de forma y materia están impresas en la memoria de cada una de mis células, y si pudiésemos hacer el mismo ejercicio de mirar aún más hacia atrás y explorar la historia evolutiva de nuestra especie, qué me contaría la primera célula eucariota sobre mi cuerpo hoy ?
Asi es como en esa búsqueda me re-encontré con la teoría endosimbiótica.
Este escrito pretende acercarles narrativas biológicas y evolutivas que nos permitan justamente abrir posibilidades perceptivas. Explorar cómo el origen de las primeras células complejas nos informa sobre otras maneras de estar en el mundo, adentrándonos un poco más en profundidad en la exploración de esa sensación de disolución con la naturaleza que les contaba en la primera entrega.
La endosimbiosis no es solo una teoría biológica; es una puerta a reflexiones profundas sobre nuestra existencia y nuestra relación con el mundo que nos rodea. Un modelo de interdependencia, que desafía las nociones de individualidad y resalta la complejidad de los sistemas vivos, donde los límites entre los organismos se disuelven para revelar un tejido colectivo.
¿Qué es la endosimbiosis?
Antes de entrar en esta teoría, vamos a repasar algunas cosas. (Esto entra en el parcial chic@s asi que acá me prestan atención 😂).
Uno de los principales acontecimientos en la evolución de la vida es la división entre dos grupos: procariotas y eucariotas. La forma de vida procariota es mucho más antigua que la vida eucariota. Los primeros son organismos simples, de células sin núcleo, en los que su información genética está flotando en la célula, en el plasma de la célula. Por el contrario, las células eucariotas son mas complejas: poseen un núcleo y numerosos subcomponentes llamados organelos los cuales tienen funciones especializadas. Se va complejizando la cosa. Seguro que has oído hablar de las mitocondrias y los cloroplastos. En todo caso, la aparición de organismos eucariotas, a permitido sentar las bases para formas de vida más complejas como animales, plantas, hongos y algas.
Es de la primera aparición de una célula eucariota que les propongo ir a investigar.
Entonces según la teoría endosimbiótica, los organelos de los eucariotas, como las mitocondrias o los cloroplastos, evolucionaron a partir de que una procariota más grande absorbió a una más pequeña. En lugar de ser digeridas o eliminadas, algunas procariotas más pequeñas comenzaron a vivir dentro de otras más grandes entablando una relación simbiótica. A lo largo del tiempo (a.k.a millones de años) la selección natural favoreció a estas células combinadas, ya que podían realizar funciones más complejas y aprovechar mejor la energía, lo que impulsó el desarrollo de organismos más sofisticados.
Esta idea transforma nuestra comprensión de la evolución, mostrando que no solo la competencia, sino también la cooperación, ha sido un motor clave de la diversidad biológica. El mundo no es sólo este lugar agresivo, competitivo donde todo está para matarse unos a otros. La idea de que la vida es exclusivamente una lucha por la supervivencia - “La supervivencia del más apto” - es una forma un poco inexacta de entender la evolución. Se reduce a esa frase todo el tiempo, pero es mucho más compleja que eso y no es la única forma, hay todos estos otros matices, un espectro de relaciones simbióticas, formas en las que la vida se apoya mutuamente. Los hongos y especialmente los líquenes, son los grandes referentes de cómo la vida florece a través de la colaboración y la interdependencia.
La endosimbiosis va más allá de su dimensión biológica. Nos recuerda que la vida no ocurre en aislamiento, sino en una red de interacciones dinámicas, donde ser “yo” siempre implica ser con otros.
Algunas reflexiones y preguntas.
La endosimbiosis nos invita entonces a cuestionar la idea de los organismos como entidades independientes. Andreas Weber nos da un ejemplo concreto sobre cómo los cuerpos son parte de un “gran conjunto de seres vivos”:
“Mientras respiramos, estamos compartiendo partes de nuestro cuerpo en forma de CO2 (dióxido de carbono) con el aire, alimentando a las plantas, quienes, a su vez, forman su carne a partir de este compuesto. Luego comemos esas plantas o sus derivados, restaurando nuestra propia carne. Así que nuestro cuerpo no es nuestra identidad, hagas lo que hagas con tu cuerpo para demostrar que tu cuerpo eres tú, tu cuerpo está cambiando, tu cuerpo no es tu identidad, tu cuerpo es compartido con todos los demás seres vivos. Somos una gran unidad de interrelación (we are one huge togetherness)”.
Cuando podemos sentarnos un rato con las sensaciones que nos produce la cita anterior, podemos quizas empezar a percibir cómo el “yo” se disuelve en un proceso continuo de dar y recibir. Los límites de la identidad se desdibujan.
En lugar de considerar nuestro cuerpo como algo puramente individual, podemos verlo como un espacio de encuentro entre.
Como un espacio de transitoriedad, a través del cual otros organismos, bacterias, moléculas y células van y vienen, y toman nuevas formas brevemente antes de continuar en algo más. La transitoriedad y la transformación son inevitables. La muerte nos confronta a ello: en algún momento seremos compost para algún otro ser vivo, materia que continúa siendo transformada y alimento para que otra vida florezca…
Algunas preguntas que me surgen y que l@s invito a preguntarnos junt@s:
Cómo es pensarse como un espacio de posibilidades, de encuentros, un espacio de intimidades entre distintos organismos?
Dónde queda la identidad del yo?, entendiendo que la identidad por lo tanto, solo se genera a través de la relación. La identidad siendo un proceso, un despliegue y repliegue continuo, no algo fijo y determinado. El yo es un ecosistema.
Cómo es experimentarse como un cuerpo transitorio - transforma - transgresivo? Un cuerpo queer.
Algo de mí, transgrede continuamente los limites de mi propio cuerpo y se mezcla con otros. Somos una identidad que siempre está floreciendo.
Cuánto de lo normativo se pone en jaque, cuán ilusorios se vuelven los mandatos binarios frente a las poéticas biológicas que cuenta nuestra historia evolutiva?
Personalmente, toparme con la teoría endosimbiótica de alguna manera validó esa sensación tan visceral de querer fundirme con la naturaleza cuando de niña me tiraba en el patio de mi casa. Creo que hay algo en la memoria de las células en relación a cómo lo simbiótico hizo posible nuestra existencia, que opera aún en nuestro presente. Vivir en un mundo moderno que fragmenta la experiencia humana y la disocia de sus conexiones vivientes con el mundo, hace que ese deseo de simbiosis se sienta más como un anhelo de algo imposible cuando es un realidad factual minuto a minuto en nuestra carne.
En esa urgencia eco-erótica de querer trenzarme con la tierra, como dice el meme de más arriba, hay exactamente eso: erotismo, transgresión, pérdida, disolución. Conectar con ello posibilita más fluidez en cómo me auto-percibo, menos inscripta en un marco rígido y más espacio para explorar los “entres”. Me lleva tambien a cierta reconexión con el placer, con la improductividad. Todo lo que el-capitalismo-no-quiere-que-sea.
Encuerpar(se): soberanía, porosidad y tejidos colectivos.
En este contexto moderno que prioriza la separación y la hiperindividualidad, emerge en las últimas décadas la necesidad urgente de reconectar con nuestros cuerpos.
- Estamos cansados, jefe. Estamos cansados de vivir en automático y que nuestros cuerpos sean una maquinaria más del engranaje productivista. Hemos perdido soberanía sobre nuestros cuerpos, si. Hemos perdido nuestros cuerpos. Hemos perdido nuestras tierras.
La palabra “embodyment” - que podemos traducir como “encuerparse” o “habitar el cuerpo” - debe ser una de las más utilizadas dentro del mundo de las terapias alternativas en los últimos años. Como este sistema lo hace tan bien, esta urgencia de los cuerpos por reapropiarse de sí mismos también queda fagocitada por las lógicas capitalistas. Nos dicen: todo bien con el empowerment y el embodyment pero no vaya a ser que dejen de ser funcionales a este sistema.
Esta reconexión no es un acto que refuerce el aislamiento y la individualidad como la industria del bienestar nos devuelve con la cultura del “self-care”, del autocuidado y el desarrollo personal. Estar mas presentes en nuestro cuerpo no es un objetivo en sí mismo ni un acto puramente individual. Estar más presentes en nuestro cuerpo implica inevitablemente abrirse a sentir y ser sostenido por lo colectivo, por un tejido colectivo.
Reconectar con nuestros cuerpos no es solamente un reapropiamiento de nuestra agencia, de la salud de nuestros tejidos y células y los ritmos orgánicos que potencian la vida, sino que también es un proceso de entrega (y compromiso diría tambien) consciente al mundo. Es entregarnos a la pérdida. Volvernos más porosos, menos definidos. Pareciera una paradoja, pero no lo es. Al recuperar la soberanía sobre nuestros cuerpos, también reclamamos nuestra capacidad de participar activamente en la red de la vida y esto significa reconocernos como un puente entre nosotros y los ecosistemas que habitamos.
Unas palabras de cierre.
La endosimbiosis no solo transforma nuestra comprensión de la biología, sino también nuestra manera de entendernos a nosotros mismos y nuestra relación con el mundo.
Nos invita a abrazar la fluidez, la transitoriedad y la conexión, desafiando las narrativas individualistas y binaristas de nuestra cultura.
Tarea para la casa:
De qué formas podríamos abrirnos más a la experiencia de la interdependencia en nuestro día a día? Qué practicas fomentan esa conexión?
Cómo se siente el cuerpo luego de esta lectura? Puedo imaginar, conectar con la memoria celular de esa primera célula? Cómo cambia la percepción de mi mism@?
Me encantaría leerlos en comentarios si han surgido reflexiones, preguntas o sensaciones.
Hasta la próxima entrega.
Con cariño, Malu. 🌺
Este escrito fue elaborado con esta musica de fondo:
***Algunas refes para l@s que quieran ir un poco más allá:
Living beings are constantly queering identities, with Andreas Weber
Si trabajas en / o practicas actividades del mundo "wellness", este post es para vos.
A.B. Frank and mycorrhizae: The challenge to evolutionary and ecologic theory
MALE ME ENCANTÓ ADENTRARME UN POCO MAS ALLA EN LO PROFUNDO. ESA OTRA CONEXION OLVIDADA. LA TAREA ESTA SIENDO TRANSITADA GRACIAS 😊🫂
Me parece maravillosa esta entrada. Cuánto me llevo para reflexionar. GRACIAS 🩵🫶🌱